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Barcelona, Spain


1618, Gama benzeno, Leonardo Gama (Bogota, Colombia 1974) Diseñador grafico que ha explorado el comic, la ilustración, la pintura y la ambientación de espacios. Su plástica tiene la capacidad de impregnarlo todo con un extraño sentido de lo ficticio, lo bizarro, posthumano y Cyborg. Influenciado por el pop, el porno, los superhéroes, la biotecnología y el arte óptico-cinético, busca despolarizar y exorcizar ciertos tópicos, reivindicando lo que la sociedad puede entender como cutre y desarrollando la cultura trash mediante la búsqueda de la belleza. Su obra capta trazas de los momentums sexuales para así descorporizarlos, sobresaturando cromáticamente la hiperrealidad literal y plastificándolos con un descaro de voyeurista freak que pone en evidencia su condición de amante de las extravaganzas. Apuntando a una cohesión entre la energía de la pintura y el material mismo del trabajo, establece un dialogo entre el sexo tópico, el hardcore underground, el mainstream underground y el pop en si mismo, como formato visual de explosión estática.

Alex Brahim para la revista AB (Barcelona-España 2004)




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Foto: Adriana Salazar

8/21/2009

Esquizofrenia y turrón



El olor a alcohol trasnochado, a tabaco negro y comida rápida, invadía el ambiente, se metía por nuestra nariz y nos alborotaba el ansia de fumar frenéticamente, petarse con chupitos baratos hasta la ultima y escondida neurona de nuestras cabezas y comer de manera cucarachesca hasta quedar mareados a punto de vomitar…

Sin darnos cuenta Lux strange y yo, adormilados por esos pensamientos que nos sugería este ambiente malsano y mientras nos alienaba esa imaginación cuadrada-catódica que es la televisión del futuro, dimos un último respiro para seguir nuestra rutina diaria de no hacer absolutamente nada, cuando de repente el ambiente se contamino con una desconocida y fragante oleada de perfume americano (del norte). Buscamos instintivamente aquella gloriosa fuente y cuando miramos de lado, por el “rabo” del ojo como animales asustados, vimos entrar a una chica al bar donde nos encontrábamos. Llevaba una sensual y viscosa minifalda y pisando fuerte, pijo y porno-chic, pidió con voz nerviosa de quinceañera petarda un blanquito y dulce turrón. La chica del bar lo saco de la vitrina y se lo dio en la mano, Lux strange y yo la contemplábamos y veíamos en su cara, transformada de gustito, como los jugos digestivos y el carnoso estomago trabajaba con ansias el turrón tan deseado…
Lo agarro, ansiosa como una niña que le dan su muñeca preferida de esas que hacen pipi, caca y posiblemente se masturban…ella seguía mirando fijamente el turrón como en estado de trance, destapándolo lentamente como en los mejores anuncios de la tele… y por un momento comprendimos, sin saber por que, a la sociedad que nos convierte en cucarachas, en un loop eterno de transformación orgánica.
Seguidamente agarro el duro y excitante turrón entre sus manos y lo llevo gustosamente a su pequeña y carnosa boca… cuando llego una loca sensación de pronto, una ansiedad poco conocida pero maravillosa… Con toda su excitación por el turrón y sabiendo que lo iba a devorar, se imagino desnuda a merced de cualquiera, en una satinada y candorosa cama celestial bajo la mirada atónita de Eros y Tanatos…
Sintiendo como un objeto desconocido con forma de deidad la penetraba y le hacia como a ella mas le gustaba.
Sus labios se tornaban más húmedos y apenas mordió la mitad del viril turrón, tuvo un orgasmo que en un inicio fue patagónico y polar pasando a través del gran cañón, luego hacia Aries abarcando todas las estrellas y el zodiaco en toda su extensión. Se vio volando entre la conjunción de los astros en entropía que se organizan en una coreografía misteriosa bajo las notas extrañas de la música de las esferas. Aterrizando como en un sueño melancólico en el sol, que la envolvió sin preguntarle nada con su paternal tibieza para siempre…tenía un fresco orgasmo por el turrón y la dulce textura que sentía en su boca… lo masticaba muy despacio, alargando lo máximo posible el éxtasis de su delirio.
Los allí presentes la observábamos emocionados, cuando de repente aquel consolador de las pulsiones diabéticas y esquizofrénica sexuales cayó al suelo y ella se ubicó en una tumba de resignación como cuando a uno le calientan los huevos. Y cogiendo el turrón como si entrara en una crisis nerviosa, lo alzo rápidamente echándolo en el cenicero atiborrado de colillas de nuestra mesa, haciendo ademanes de confusión ligada a una timidez séptica por no alzarlo y comérselo delante de nosotros que la observábamos fijamente.
Ella avergonzada rió sonrojada hacia todos lados, nos pregunto si queríamos un trozo de turrón… ¿participar de su éxito creativo en planos desconocidos para nosotros, cuando el trozo de turrón se confundía entre las cenizas de varias horas de tertulia? Mire a mi amigo con reprobación, ella no tenia mas dinero y estaba tan caliente que olvido lo sucedido en menos de un segundo y se dirigió a su casa desilusionada pero dispuesta a una nueva aventura iniciática por los misteriosos y empalagosos caminos del señor.

A veces me imagino laberintos con sabor a turrón y monstruos de cacahuete tostado masturbando su pelado cacahuete, salado, duro…me imagino que soy una diana para su leche condensada y que la rubia se ríe en miles de imágenes caleidoscópicas de su boca llena de turrón, mientras tanto y por siempre, el cerebro lo tengo a punto de nieve, como un horrible mezclajo de azúcar saturada y chuches varios en salida de instituto y pienso todo pringoso como después de un coma diabético, ahogándome en el caramelo de la sociedad del turrón…
Dulces sueños tendremos de ahora en adelante teniendo siempre el beneficio de la duda si es ella, soy yo o es otro el que ha vivido todo esto.